método integra


Cuando un niño se "sacrifica" en movimientos y situaciones que nada tienen que ver con una infancia saludable, siempre hay detrás un movimiento de amor ciego hacia su sistema familiar.
Llamamos excluidos a aquellas personas que fueron enjuiciadas, no respetadas y que para que el sistema se sienta completo y todos sus miembros gocen de salud y libertad interior, han de ser reconocidas e incluidas con una mirada amorosa.
Si esto no ocurre, cuando un niño nace en ese sistema, por lealtad ciega a esos ancestros se ve inmerso en enfermedades o patrones de conducta destructivos. Su deseo inconsciente es que esas personas sean reconocidas y miradas con amor y mientras eso no ocurra se verán intrincadas con ellas.
Esta es una llamada al sistema que los padres escuchan por amor a sus hijos, aunque no siempre saben interpretar. En la terapia sistémica incluimos a todos los que fueron, agradecemos su existencia, reconocemos su función y dejamos con ellos sus vivencias. De este modo, la energía retenida vuelve a fluir transformándose en fuerza y amor para todos. Los niños notan enseguida este movimiento y lo manifiestan en alegría, en salud y en vitalidad. Cuando los padres se hace cargo, los hijos quedan libres para vivir su propia vida.